México ha decretado la emergencia sanitaria ante el incremento en el número de personas enfermas a causa del COVID-19. La primera medida es que se suspende todo tipo de actividades a partir de ahora y hasta el 30 de abril, debido a que han aumentado los casos de contagios y defunciones.
Las medidas incluyen que las empresas y empleadores no podrán dejar de pagar salarios, ni reducirlos. Quien viole esta medida recibirá sanciones administrativas y hasta penales para quien obligue a un trabajador a presentarse y este se contagie y muera a causa de la enfermedad. Pero hasta el momento, la iniciativa privada ha respondido bien a criterio del Gobierno.
El resguardo domiciliario es estricto para mayores de 60 años, o con hipertensión arterial, diabetes o enfermedades pulmonares y mujeres embarazadas, a pesar de que su trabajo sea esencial.
Solo se considera esencial el trabajo de médicos, paramédicos, seguridad pública, procuración y administración de justicia y actividades legislativas del orden federal y estatal.
México no solo pasó al nivel de emergencia sanitaria para proteger a la población, al mismo tiempo, dirige esfuerzos para proteger la economía.
En los próximos días el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), dará a conocer las medidas con las que se pretende aminorar el impacto de la emergencia en todos los niveles de las finanzas públicas y privadas.
Arturo Calvillo, Ciudad de México.
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