El desplazamiento del portaaviones tiene como fin profundizar los lazos en el sector de defensa entre Japón y EE.UU., en virtud de las nuevas leyes de seguridad que amplían el papel de los militares nipones.
El Parlamento japonés ha dado luz verde a un conjunto de medidas sobre seguridad nacional que autoriza la participación de soldados nipones en acciones militares en el extranjero, entre otras medidas. Esta decisión provocó numerosas protestas entre la ciudadanía.
Debido a las malas condiciones meteorológicas el buque adelantó un día su llegada a Yokosuka, donde reemplazará al USS George Washington, otro portaaviones de la clase Nimitz que tuvo su base en este puerto durante siete años hasta su partida el pasado mes de mayo.
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