En una rueda de prensa celebrada este lunes en Tokio, capital de Japón, Abe ha precisado que su decisión de disolver el Parlamento, que conllevará elecciones legislativas anticipadas, no distraerá a su Administración de responder a las eventuales amenazas norcoreanas.
De igual modo, ha prometido aumentar la presión sobre el Gobierno del líder norcoreano, Kim Jong-un, si Pyongyang se niega a frenar sus programas nuclear y misilístico.
“Disolveré la Cámara de Representantes el 28 de septiembre (…) La elección, que es el núcleo de la democracia, no debe ser influenciada por las amenazas del Corea del Norte”, ha indicado el primer ministro nipón, para luego enfatizar que así busca manejar el peligro que supone Pyongyang no solo para el suelo nipón sino para toda la región.
La disolución del Parlamento automáticamente provocará elecciones anticipadas en un plazo máximo de 40 días. El primer ministro japonés no ha fijado una fecha para celebrar los comicios, si bien, se espera que sea el próximo 22 de octubre. Los legisladores opositores no obstante, descartan la necesidad de ir a las urnas por el momento.
Disolveré la Cámara de Representantes el 28 de septiembre (…) La elección, que es el núcleo de la democracia, no debe ser influenciada por las amenazas del Corea del Norte”, indica el primer ministro de Japón, Shinzo Abe.
Resultados de recientes sondeos muestran que los japoneses están a favor de las políticas del nacionalista Abe de 63 años sobre Corea del Norte, cuyas autoridades amenazaron con hundir Japón con una bomba atómica.
Según un sondeo publicado en el diario Nikkie, el 44 % de los japoneses votaría en las parlamentarias al Partido Liberal Demócrata (LDP) liderado por Abe, mientras que un 8 % optaría por la oposición. El 15 % de los encuestados, no obstante, aún sigue indeciso.
La crisis en la península coreana ha puesto a los países regionales seriamente en alerta. El pasado 15 de septiembre, Corea del Norte disparó por segunda vez un misil que sobrevoló el espacio aéreo de Japón.
Pyongyang defiende que realiza sus pruebas nucleares y balísticas en base a su “derecho a la autodefensa” ante las “intenciones hostiles” de Estados Unidos en su contra, como las maniobras militares conjuntas que realizan Washington y Seúl cada año cerca de sus fronteras.
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