El papa Francisco dirigirá una oración “por las víctimas de la guerra” en la septentrional ciudad de Mosul, una antigua encrucijada, cuyo centro, quedó reducido a escombros durante la ocupación del grupo terrorista Daesh.
La visita del cabeza de la Iglesia católica a Irak, que incluye varias provincias, se extenderá hasta el 8 de marzo, además de que se realiza en medio de un confinamiento total de la población tras el aumento en el número de casos del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, en el país árabe.


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