Cientos de personas que viven en favelas descendieron a la playa de Copacabana para abogar por el fin de los disparos letales entre los narcotraficantes y la policía.
Con un telón de fondo, de tiroteos semanales e incluso diarios contra gente inocente en operaciones policiales de estilo militar, los manifestantes dijeron que los ricos y poderosos de Río deberían dejar de mirar hacia otro lado.
Las favelas, chabolas no reglamentadas y pobres diseminadas alrededor de la icónica ciudad brasileña, son el hogar de casi una cuarta parte de la población de Río y cuyos residentes carecen de muchos derechos y servicios básicos.



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