Desde esta semana las Fuerzas Armadas filipinas han lanzado una serie de ataques aéreos con bombas para recuperar el control total de una ciudad Marawi de manos de los extremistas Abu Sayyaf, que han declarado lealtad al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
Ayer lunes, el responsable de asuntos públicos del Ejército de Filipinas, Edgard Arévalo, indicó que tienen razones para creer que el líder del grupo insurgente Abu Sayyaf, Isnilon Hapilon, designado por el grupo Daesh como líder del grupo en el país asiático, ya no se encuentra en la ciudad de Marawi, donde se registran enfrentamientos desde hace más de un mes.
Marawi, con más de 200 000 habitantes, está asediada principalmente por integrantes de Maute en un aparente intento por esconder a Hapilon, a quien el Ejército tenía previsto detener el 23 de mayo después de recibir información de que se encontraba en la ciudad.
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