Los policías antidisturbios han tratado de dispersar con granadas de humo y gas pimienta a los manifestantes que protestaban en apoyo a dos maestros que llevan 75 días en huelga de hambre tras perder su trabajo a consecuencia de las purgas que el Gobierno turco ha estado realizando tras la fallida asonada militar del año pasado.
Los maestros Nuriye Gulmen y Semih Ozakca están entre los más de 8000 maestros abocados a lo que las víctimas describen como ‘muerte civil’ -privados para siempre de ser funcionarios, catalogados como 'terroristas' en el registro de la seguridad social del Gobierno del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y con el pasaporte cancelado- tras el golpe de Estado fallido de julio de 2016.



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