Filipinas y Estados Unidos lanzaron ejercicios militares anuales conjuntos el 8 de mayo, pero los aliados de muchos años los redujeron, centrándose sólo en la lucha contra el terrorismo y el alivio de desastres, en un momento en que el presidente filipino, Rodrigo Duterte, se vuelve hacia China y Rusia.
Estos podrían ser sus últimos grandes ejercicios militares conjuntos, ya que Duterte ha amenazado con poner fin a este tipo de maniobras para afirmar la independencia de su país respecto de Washington.
Sólo 2700 soldados de Estados Unidos formarán parte de los 5000 empleados que participarán en el ejercicio de este año, un 50 por ciento menos que el año pasado.




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