Cientos de miles de personas han buscado asilo en los últimos años a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México. La mayoría son familias centroamericanas que a menudo se entregan a los agentes, en contraste con el grueso de los inmigrantes hombres mexicanos que intentan evadir la captura.
Habitualmente, cada semana llegan algunos grupos de madres deportadas para ver a sus hijos a través de la reja mientras arreglan sus papeles. Por otra parte, la gente de ambos lados de la frontera se reúne diariamente para visitar a su familia separada por las vallas.
Desde 2014, el valle del Río Grande es la región del país donde se registra la cifra más alta de detenciones de inmigrantes que ingresaron sin permiso en Estados Unidos, de los cuales muchos de ellos han huido de la violencia derivada del narcotráfico.
La frontera entre México y Estados Unidos ha sido protagonista de la campaña del republicano Donald Trump para las elecciones presidenciales de EE.UU.








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