“Estoy impactado por ver cómo son tratados estos refugiados e inmigrantes, es inaceptable”, ha lamentado este miércoles el máximo responsable de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon.
“Estoy impactado por ver cómo son tratados estos refugiados e inmigrantes, es inaceptable”, ha lamentado el máximo responsable de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon.
De este modo, el diplomático surcoreano ha respondido a los choques registrados entre la Policía húngara y centenares de refugiados que intentaban cruzar la frontera con Serbia.
Los agentes utilizaron gases lacrimógenos y cañones de agua contra los migrantes. Según muestran las imágenes, muchos menores de edad lloraban por los efectos del gas.
Durante los choques, al menos 30 personas terminaron siendo detenidos, mientras varias otras resultaron heridas.
Ban ha recordado a los líderes europeos su deber de actuar con “compasión” frente a los que “huyen de las guerras y la persecución” y que deben ser tratados con “dignidad y de acuerdo a los derechos humanos”.
En esta misma línea, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Antonio Guterres, ha advertido que estas acciones efectuadas por Hungría hacia los refugiados violan las leyes internacionales.
“No es un crimen cruzar una frontera”, ha destacado, para pedir a continuación a las autoridades del país europeo que garanticen, en conformidad con sus obligaciones legales y morales, “el acceso sin trabas” a las personas con necesidad de protección.
La Amnistía Internacional (AI) ha denunciado por su parte la separación de varias familias durante los enfrentamientos. “Al menos nueve personas, incluidos cuatro niños, han sido separadas de sus familias por la Policía húngara”, indica AI, advirtiendo de que “se desconoce su paradero actual”.
El continente europeo se ha enfrentado en los últimos meses a un flujo de solicitantes de asilo sin precedentes.
Según el último informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), unos 432.761 solicitantes de asilo han cruzado el mar Mediterráneo desde enero y cerca de 2748 han muerto o están desaparecidos.
Los solicitantes de asilo y migrantes procedentes de países norteafricanos y de Oriente Medio, sobre todo, Siria, huyen de la violencia de los grupo terroristas armados por los mismos Gobiernos europeos, Arabia Saudí, Turquía y Estados Unidos.
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