Praljak, de 72 años, se puso de pie durante la audiencia, en la Corte Penal Internacional (CPI), tomó algo de una pequeña botella y dijo: “he tomado veneno”. El juez, sorprendido, ordenó inmediatamente que se suspendiera la sesión.
El militar fue uno de los seis antiguos líderes políticos y militares bosniocroatas que han debido personarse recientemente ante el tribunal de apelación. El propio Praljak ya había sido condenado en 2013 a 20 años de prisión por crímenes cometidos contra musulmanes bosnios en la región de Mostar oriental.
La acusación a Praljak de crímenes de guerra se debe a su orden de destruir en noviembre de 1993 el histórico puente de Mostar, construido en el siglo XVI. Su acción, según los jueces, “causó un daño desproporcionado a la población civil musulmana” de la región.
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