• El vicecanciller y alto negociador iraní, Seyed Abás Araqchi, en una entrevista televisada sobre programa nuclear de Irán.
Publicada: martes, 21 de julio de 2015 1:57

El alto negociador nuclear iraní Seyed Abás Araqchi ha afirmado que la aprobación de la resolución 2231 en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) refleja la voluntad de Irán y el G5+1.

“La voluntad de todas las partes implicadas en los diálogos nucleares, en especial la República Islámica de Irán, ha hecho que el CSNU apruebe el acuerdo exhaustivo nuclear como primer paso”, ha precisado Araqchi en una entrevista concedida a la Radio y Televisión estatal iraní (IRIB, por sus siglas en inglés) este lunes por la noche.

La voluntad de todas las partes implicadas en los diálogos nucleares, en especial la República Islámica de Irán, ha hecho que el CSNU apruebe el acuerdo exhaustivo nuclear como primer paso, ha dicho Araqchi.

Esto significa, ha proseguido, que antes de que se dé inicio a la ejecución del proceso legal del resultado de diálogos nucleares en los países del Sexteto, el CSNU tiene que suspender todas sus anteriores resoluciones y, por ende, levantar las sanciones antiraníes para que Teherán adopte las medidas necesarias a fin de comenzar la primera fase del proceso.

Según el diplomático persa, en la primera fase, los países del G5+1 en un periodo de 2 meses llevarán a cabo el proceso legal, si al cabo de ese tiempo, el concenso exhaustivo es aprobado en esos países, se pasará a la siguiente fase, o sea “el día del acuerdo”, día en el que la Unión Europea (UE) y Estados Unidos levanten por completo todas sus sanciones unilaterales contra Irán, no obstante, ha subrayado, existe una tercera fase, cuando Irán tenga que cumplir con sus compromisos que, posteriormente, serán ratificados por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).

A su juicio, se necesitarán entre 4 a 6 meses para que el acuerdo exhaustivo nuclear entre en ejecución.

“Es la primera vez que el CSNU acepta que un país acceda al enriquecimiento de uranio, además es la primera vez que se elimina la aplicación del capítulo 7 de la Carta de la ONU contra un país sin guerra y mediante el diálogo y eso pone de relieve el poderío y la grandeza de la República Islámica de Irán”, ha agregado.

En otra parte de sus declaraciones el también vicecanciller iraní se ha referido a las afirmaciones que pronunció el sábado el Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, sobre la conclusión de los diálogos nucleares.

Como bien ha dicho el ayatolá Jamenei, el principal objetivo de Occidente era acabar con el programa nuclear iraní, sin embargo, ahora han cedido a nuestras demandas y han aceptado la actividad de cinco mil centrifugadoras, el enriquecimiento y la continuación de las investigaciones y el desarrollo del programa nuclear.

Al ser preguntado sobre el cronograma para retirar el caso nuclear iraní del CSNU, Araqchi ha sostenido que en la resolución 2231 se determina claramente que si no se registra ninguna violación, el caso nuclear iraní será cerrado automáticamente después de 10 años en la entidad de seguridad de la ONU.

Finalmente, Araqchi se ha referido al artículo 3 de la resolución 2231 sobre los misiles balísticos de Irán. “Esta resolución revoca todas las resoluciones y embargos anteriores aprobados por el CSNU contra Irán y en cambio añade unas nuevas –limitaciones- (no prohibiciones) a esta pero que no son vinculantes”, ha concluido.

 

Las declaraciones de Araqchi se producen la misma jornada en que los 15 miembros del CSNU han aprobado por unanimidad el levantamiento de las sanciones antiraníes.

Esta decisión muestra el respaldo formal de la ONU a la conclusión del Plan Integral de Acción Conjunta alcanzada el 14 de julio en la capital austriaca de Viena entre Irán y el G5+1 (EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania), después de 22 meses de conversaciones.

La conclusión de dichos diálogos ha recibido el beneplácito de gran parte de las naciones del mundo, desde Asia-Pacífico y Oriente Medio, hasta América Latina. Sin embargo, se oponen el régimen de Israel y los diputados republicanos estadounidenses.

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