Reino Unido tendrá una nueva planta nuclear y se construirá en Hinkley Point, en el suroeste del país. Mediante un comunicado, el Gobierno ha anunciado su decisión de seguir adelante con el plan tras una revisión exhaustiva. El proyecto, que costará unos 23.000 millones de dólares, será financiado por China y Francia.
El expremier David Cameron había dado visto bueno a la construcción de la planta, pero su sucesora, Theresa May, paralizó la decisión final tras asumir el cargo en julio. Esto creó cierta incertidumbre en las relaciones de Londres con China y Francia.
Pero los nuevos planes del Gobierno tienen muchos críticos. Uno es el grupo ecologista Greenpeace, que considera absurda la decisión.
Greenpeace ha advertido de los riesgos que podría suponer el proyecto para la población y llama al Gobierno a invertir más en nuevas energías en vez de la nuclear.
La construcción de la nueva central atómica británica es la primera decisión de este tipo en Europa tras el desastre de la planta japonesa de Fukushima en 2011, a consecuencia de un sismo y un tsunami.
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