• El líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn (en primer término, a la derecha), delante del ex primer ministro Anthony Blair (1997-2007), 8 de noviembre de 2015.
Publicada: lunes, 23 de mayo de 2016 16:13

El líder del laborismo británico mantendrá su postura de que la invasión de Irak en 2003 fue ilegal y que quienquiera que haya cometido un crimen debe ser sometido a juicio.

“Estamos impacientes por que se publique el informe Chilcot sobre la Guerra de Irak y por leer las pruebas que se han descubierto”, ha dicho un portavoz de Jeremy Corbyn, citado este domingo por el diario londinense The Telegraph.

Está previsto que el informe sobre la investigación hecha entre 2009 y 2011 por el exfuncionario británico sir John Chilcot se publiquen al fin el próximo 6 de julio, tras años de análisis y tratamiento de los indicios recogidos sobre la actuación del Gobierno de Londres antes y durante la invasión de Irak por Estados Unidos y sus aliados, incluido el Reino Unido.

Estamos impacientes por que se publique el informe Chilcot sobre la Guerra de Irak y por leer las pruebas que se han descubierto”, apunta un portavoz del líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn.

El portavoz confirmó además que Corbyn mantendrá la postura que defendió en agosto del año pasado, durante la campaña interna que lo llevó a la cumbre del Partido Laborista. 

“Si (el expremier británico Anthony Blair) cometió un crímen de guerra, sí. Quienquiera que haya cometido un crimen de guerra lo debe ser” (procesado), dijo Corbyn al preguntársele explícitamente si Blair debe ser llevado ante la justicia.

“Creo que se trató de una guerra ilegal, estoy convencido de ello. Incluso Kofi Annan —secretario general de Naciones Unidas de 1997 a 2006— ha confirmado que fue una guerra ilegal, y por lo tanto él (Blair) debe dar explicaciones”, añadió el ahora líder laborista.

John Whitaker ‘Jack’ Straw, secretario de Estado de Asuntos Exteriores del Reino Unido entre 2001 y 2006, 23 de febrero de 2015.

 

Fuentes políticas británicas han declarado al dominical The Sunday Times que el informe sobre la investigación de Chilcot arrojará conclusiones “absolutamente brutales” para la reputación de Blair, su secretario de Exteriores Jack Straw y el exjefe del servicio de Inteligencia MI6 Richard Dearlove, entre otros.

En medio de la creciente caída de la popularidad del ex primer ministro británico (1997-2007), iniciada ya con las multitudinarias manifestaciones de protesta contra la invasión de Irak en 2003, el año pasado se supo que en aquellos mismos días Blair mandó quemar informes oficiales que advertían de la ilegalidad de la guerra.

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