Hariri, quien es también el líder del Movimiento Futuro (Movimiento Al-Mustaqbal), con estrechos vínculos con Arabia Saudí, mantuvo contactos con la embajada saudí en Beirut, capital libanesa, donde trataba de emitir un pasaporte diplomático para el detenido príncipe saudí, Abdel Mohsen bin Walid bin Abdulaziz Al Saud, informó el lunes el diario libanés Addiyar.
El ex primer ministro libanés, Fouad Seniora y varios miembros del Movimiento Futuro están colaborando con Hariri para liberar al príncipe saudí de los cargos y acusar en su lugar a uno de sus compañeros de tráfico de drogas.
Un pasaporte diplomático le otorgará al príncipe la inmunidad diplomática, le dará un paso seguro y evitará que sea enjuiciado por la justicia libanesa.
Según informó el lunes el rotativo libanés As Safir, el príncipe saudí fue detenido junto a otros cuatro presuntos cómplices de nacionalidad libanesa en el capitalino aeropuerto internacional Rafiq al-Hariri cuando intentaba salir de El Líbano a bordo de su jet privado cargado con dos toneladas de droga.

Según el informe de As Safir, el príncipe saudí tenía en su poder píldoras de Captagon, las cuales tienen efectos típicos de un estimulante y que producen "una especie de euforia".
Las tabletas de Captagon son las drogas más utilizadas por los elementos del grupo takfirí EIIL (Daesh, en árabe), puesto que les da energía, aumenta la fuerza, provoca euforia e insensibilidad al dolor, reprime el miedo, quita el sueño, y suprime el apetito.
Arabia Saudí junto a algunos de sus aliados regionales es acusado por las autoridades sirias de proporcionar ayudas financieras y armamentísticas a los grupos terroristas que luchan en Siria para derrocar al Gobierno de Damasco.
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