“No creo que el régimen israelí esté en condiciones de cometer estupidez alguna contra El Líbano. El enemigo no puede olvidar la derrota en la guerra de julio de 2006, y si realiza algún aventurismo, recibirá un duro revés”, afirmó el lunes el embajador de Irán ante El Líbano, Mohamad Yalal Firuznia, consultado sobre un posible ataque israelí contra el país árabe.
Las declaraciones se produjeron en un encuentro con el vicepresidente de la Asamblea Suprema de El Líbano, sheij Ali al-Jatib, en el que el diplomático persa reafirmó el apoyo de Irán y felicitó el aniversario de la victoria de la resistencia libanesa en la Guerra de los 33 Días en 2006, impuesta por Israel.
Los medios locales informaron el mismo lunes que el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) llevó a cabo una operación contra el ejército israelí en las granjas de Shebaa, ocupadas por el régimen de Tel Aviv, algo que el movimiento libanés desmintió.
Aturdido por dónde llegaría la venganza de Hezbolá, Israel confesó que no había matado deliberadamente al militar libanés. Sin embargo, ante el temor por el poder de Hezbolá, el régimen de Israel ha puesto en máxima alerta a sus fuerzas y está aumentando su presencia militar en la zona fronteriza con El Líbano, llevando a cabo entrenamientos con munición real.
Además, varios funcionarios israelíes han advertido repetidamente a su régimen que deje de escalar las tensiones con Hezbolá, pues, avisan, en caso de guerra, el movimiento libanés puede lanzar mil misiles al día.
Las autoridades de Israel han admitido que el movimiento libanés es la única fuerza árabe que ha derrotado a sus tropas en las últimas tres décadas.
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