“El Ejército será menor que en cualquier momento de nuestras vidas. ¿Diferente? Absolutamente (…)”, ha dicho Dempsey durante una ceremonia celebrada en la Base Conjunta Myer-Henderson Hall (en Virginia, este), donde el general Mark Milley fue elegido como el nuevo jefe del Estado Mayor del Ejército de EE.UU., según pública este sábado la agencia rusa de noticias Sputnik News.
El Ejército será menor que en cualquier momento de nuestras vidas. ¿Diferente? Absolutamente (…), ha dicho el jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., Martin Dempsey.
Mientras tanto, Dempsey ha declarado que el Ejército no escatima esfuerzo para hacer lo que EE.UU. le pide que haga, y para materializarlo, las tropas deben seguir siendo bien entrenadas, bien lideradas y bien equipadas.
El Ejército estadounidense reducirá unos 40 mil cargos militares de sus filas a lo largo de los próximos dos años si el Congreso no logra resolver el estancamiento presupuestario que ha activado recortes automáticos.
A juicio de Dempsey, en el caso de que la crisis no se resuelva primero, los recortes entrarán en vigor en apenas seis semanas, el próximo mes de octubre.
También ha subrayado que los recortes no sólo causarían la inacción del Ejército para apoyar la estrategia actual para proteger al país, sino la disposición y la modernización de la fuerza conjunta también sufrirán unas consecuencias catastróficas.
Según el rotativo estadounidense USA Today, la reducción de los cargos afectará particularmente a las tropas del Ejército que se verán aminoradas en al menos 40 mil efectivos, además, en el ámbito de personal civil, unos 17 mil trabajadores tendrán que dejar sus puestos hacia final del año 2017.
En general, el número de militares estadounidenses pasará de 490 mil soldados a unos 450 mil, el menor nivel desde antes de que Washington desempeñara un papel en la Segunda Guerra Mundial (entre 1939 y 1945).
EE.UU. tiene unas 800 bases e instalaciones militares en todo el mundo, cuyo mantenimiento cuesta unos 100.000 millones de dólares al año a los contribuyentes del país. La cantidad de esas bases podría resultar mucho más alta si se toman en cuenta las instalaciones aún abiertas en Irak y Afganistán.
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