A pesar de que la candidata presidencial demócrata de EE.UU., Hillary Clinton, había jurado antes de aceptar el cargo que cortaría todos sus lazos con la Fundación Clinton si trabajaba en el gabinete del presidente, nuevos indicios hallados en una serie de correos electrónicos difundidos este miércoles muestran que las dos entidades mantuvieron un relación muy cercana.
La revelación plantea nuevas preguntas sobre si la fundación benéfica trabajó para recompensar a sus donantes con acceso e influencia en el Departamento de Estado, una acusación a la que Clinton se ha enfrentado en el pasado y siempre ha negado.
La última serie de correos electrónicos obtenida por el grupo Judicial Watch en virtud de la Ley de Libertad de Información (FOIA, por us siglas en inglés), pone de relieve intercambios entre altos funcionarios del Departamento de Estado que trabajaban con Clinton y altos responsables de la fundación.
En uno de los 44 correos recién publicados, que data de abril de 2009, Doug Band, trabajador de la fundación y antiguo asesor personal de Bill Clinton, parece presionar a las entonces ayudantes del Departamento de Estado Huma Abedin y Cheryl Mills para pedir "un favor" en nombre de un socio de la fundación.
En otro correo a Abedin y Mills en abril de ese año, Band pide que una "persona importante" del Departamento de Estado en el Líbano contacte con Gilbert Chagoury, un multimillonario filántropo libanés-nigeriano —y uno de los principales donantes de la Fundación Clinton—. "Como saben, él es hombre clave allí y para nosotros, y en el Líbano lo aman", escribió Band, quien resaltó que se trataba de un asunto "muy imp.".
En otro más, la fundación pide a las asesoras de Clinton que ayuden a un socio de la organización caritativa a encontrar trabajo, a lo que ellas responden que el Departamento está trabajando en la solicitud.
La campaña presidencial de Clinton, que ha sido ensombrecida durante 17 meses por el escándalo de los correos enviados por el servidor de correo electrónico privado que utilizó exclusivamente cuando era secretaria de Estado (2009-2013), ha negado que los correos electrónicos divulgados tengan nada que ver con el trabajo de la fundación.
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