Dicen que la mejor forma de distraer a un niño es mostrarle un globo. Desde hace días, “Globos chinos y los ovnis” parecen ser el tema favorito del gobierno estadounidense y sus medios corporativos. Incluso se han creado comisiones especiales al respecto.
Pero en realidad, algo más urgente ocurre y a nadie -en las esferas del poder- parece llamarle la atención. Esto es Palestina del Este, Ohio. Aquí siguen ardiendo, tras un accidente ferroviario y durante una semana, toneladas de materiales altamente tóxicos, creando gigantescas nubes que transportan micropartículas por toda la Costa Este, hogar de millones. Norfolk Southern Railway, corporación responsable, decidió ahorrar “tiempo y dinero” en limpiezas y simplemente prenderle fuego al caldero tóxico.
A un periodista local se les ocurrió hacer las preguntas incómodas ¿Por qué le prendieron fuego a estos químicos si sabían que esto iba a ser contraproducente? La respuesta de las autoridades fue brutalizarle y arrestarle.
Alrededor de 165,000 Galones de Cloruro de Vinilo, benceno, Acrilato de butilo, monobutilo de etilenglicol, acrilato de etilhexilo, entre otros. Cancerígenos, agentes de malformaciones congénitas, esterilidad y otros síndromes, agentes nerviosos similares o peores a las armas químicas de la Primera Guerra Mundial. Pero los “propietarios de la narrativa” están buscando OVNIS y luchando contra fantasmas aerostáticos.
Tras el análisis de contenido en base a la metodología de la semiótica es posible inferir que la “narrativa de los globos” cumple dos propósitos esenciales: Por una parte, se intenta justificar el incremento de los presupuestos militares y, por otra parte, se trata de distraer la atención del público con respecto a lo que muchos sospechan se trata de una de las peores catástrofes ambientales en fecha reciente.
Y así como si se tratara de una “cortina de humo” es más fácil ocultar que en diciembre, el Congreso controlado por Demócratas saboteó una huelga de trabajadores ferroviarios, quienes exigían mejores condiciones laborales, e interesantemente, mayor seguridad en el sector.
Marcelo Sanchez, Washington
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