El horrible tiroteo masivo del mes pasado en la ciudad de Búfalo ha expuesto nuevamente cómo la difícil situación del racismo continúa amenazando a las minorías en EE.UU. Un supremacista blanco mató a 10 personas e hirió a 3 más, en su mayoría negras.
Eso con la excusa de que otros grupos étnicos están reemplazando a los blancos. La tragedia refleja dos de los cánceres sociales crónicos de Estados Unidos: el odio racial y la violencia armada. En los últimos años, los asesinatos relacionados con armas en EE.UU. han ido en aumento, así como los tiroteos masivos por motivos raciales.
Los datos muestran que más ciudadanos murieron por lesiones relacionadas con armas en 2020 que en cualquier otro año registrado y los negros tenían una probabilidad 12 veces mayor que los blancos de ser víctimas. Así que muchos señalan las profundas raíces históricas del racismo sistémico que ha asolado al país durante mucho tiempo.
También las personas negras sufren injusticias legales. Desde la policía hasta los tribunales y las prisiones y los afroestadounidenses a menudo interactúan con un sistema de justicia que está en su contra.
Asimismo, desde China alzan la voz para criticar el aumento en la tasa de violencia con armas de fuego en EE.UU. Dicen que ha ascendido a la asombrosa cifra de 1,5 tiroteos masivos por día.
Y en este caso no se puede olvidar el más reciente tiroteo registrado en Texas en una escuela de Uvalde, que dejó 21 muertos, incluidos 19 niños. Esta situación volvió a despertar las críticas en la sociedad respecto al acceso a las armas por parte de la población civil, en concreto, los jóvenes.
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