“La Embajada iniciará la reanudación limitada de algunos servicios de visado de inmigrante, como parte de la expansión más amplia de las funciones de la Embajada para facilitar el compromiso diplomático y de la sociedad civil y para ampliar la prestación de servicios consulares”, informó el jueves la embajada estadounidense en Cuba a través de un mensaje publicado en su cuenta de Twitter.
A su vez, el encargado de negocios estadounidense en Cuba, Timothy Zúñiga-Brown, en un encuentro con medios de comunicación aseveró que tal decisión busca expandir gradualmente las funciones consulares de la embajada norteamericana en La Habana.
Conforme a las declaraciones del funcionario norteamericano, la medida tiene como objetivo aumentar la cantidad de funcionarios consulares en la sede diplomática en la capital cubana, en un proceso paulatino de reapertura de sus operaciones consulares, suspendidas desde 2017.
Cuba es blanco de un severo bloqueo financiero impuesto desde hace más de seis décadas por Estados Unidos, en particular, durante el mandato del expresidente Donald Trump (2017-2021), quien, además de imponer unas 240 nuevas medidas coercitivas a la isla, incluyó a La Habana en la lista de patrocinadores del terrorismo.
Durante su campaña electoral, el actual presidente estadounidense, Joe Biden, prometió que eliminaría las sanciones impuestas La Habana, sin embargo, lleva desde el pasado 20 de enero en la Casa Blanca y siguen en vigor todas medidas promulgadas en el marco de la “máxima presión” del entonces líder republicano.
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