Durante la primera conferencia de prensa del mandatario de EE.UU. desde que asumió el cargo en enero, Joe Biden manifestó el jueves que él, junto al expresidente estadounidense Barack Obama, considera que Corea del Norte es el tema más importante de la política exterior norteamericana.
Biden hizo alusión también a las recientes pruebas de misiles de Pyongyang, aseverando que “habrá respuestas, si deciden intensificarlo (su programa de misiles), responderemos acorde”, al tiempo que enfatizó que Washington da la bienvenida a la diplomacia ante esta controversia, con la condición de que se proceda en las negociaciones para el desarme nuclear norcoreano.
En esta semana, Pyongyang ha realizado varios lanzamientos tras denunciar, a mediados de este mes en curso, los ejercicios militares conjuntos entre Estados Unidos y Corea del Sur.
El 16 de marzo, Kim Yo-jong, la influyente hermana del líder norcoreano, advirtió a la Administración de Biden de que no intentase “difundir el olor a pólvora desde el otro lado del océano”, mediante la puesta en marcha de maniobras militares con Seúl cerca de aguas de la península de Corea. “Si quieren dormir bien en los próximos cuatro años, sería mejor que no hagan nada que les haga perder el sueño”, avisó.
Corea del Norte ha rechazado cualquier diálogo o contacto diplomático con el Gobierno de Biden por considerarlo un “truco barato”. “Es mejor que abandone el truco barato, mediante el cual intenta utilizar el contacto entre la RPDC [República Popular Democrática de Corea] y EE.UU. como un medio para ganar tiempo y fortalecer la opinión pública”, dijo el jueves pasado la vice ministra primera norcoreana de Asuntos Exteriores, Choe Son-hui.
La diplomática dejó claro que sería imposible cualquier diálogo con Washington, si este no retrocede en su “política hostil” hacia Corea del Norte.
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