• El presidente de EE.UU., Donald Trump, y el premier israelí, Benyamin Netanyahu, asisten a un encuentro bilateral.
Publicada: sábado, 14 de octubre de 2017 7:49

El fundador de Wikileaks resalta el gran cambio de la política exterior del presidente de EE.UU., Donald Trump, con Israel y Arabia Saudí en el eje central.

En un mensaje enviado en su cuenta de Twitter, el fundador del portal de filtraciones Wikileaks, Julian Assange, ha criticado la postura del jefe de la Administración de Washington sobre el acuerdo nuclear con Irán y su futuro.

“Israel ha colonizado la política exterior de Trump incluso mucho más de la de (su predecesor Barack) Obama. No se trata ya de América primero. Ni siquiera es Israel primero. Es Likud (partido del premier israelí, Benyamin Netanyahu) primero, saudíes segundos”, ha escrito este sábado Assange.

Esta reacción del activista australiano responde a la postura favorable de Trump para Israel y Arabia Saudí, quienes no tardaron en acoger abiertamente el rechazo del dignatario estadounidense al acuerdo nuclear con Irán, conocido oficialmente como el Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA, por sus siglas en inglés).

El ministro israelí de inteligencia, Yisrael Katz, indicó el viernes que el discurso de Trump contra el pacto nuclear iraní fue “muy significativo” e incluso llegó a provocar que se pudiera iniciar una guerra.

De hecho, inmediatamente después de la pronunciación del infundado discurso antiiraní de Trump, la jefa de la Diplomacia de la Unión Europea, Federica Mogherini, dejó claro ante los periodistas que aunque el presidente de EE.UU. tuviera muchos poderes ninguno incluía el poder de dañar el acuerdo con Irán.

En la misma línea, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y las otras partes del acuerdo, incluidos Alemania, Francia, el Reino Unido, Rusia y China también expresaron su firme apoyo a seguir con la implementación del JCPOA destacando que Irán ha cumplido con toda su parte.

Actualmente, esta postura de Trump solo ha recibido el apoyo de Israel y ciertos países árabes ribereños del Golfo Pérsico y ninguno de sus aliados en el continente americano, Europa y Asia le han dado su respaldo.

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