Jenny, ingresó ilegalmente a Estados Unidos junto a su hijo. Huían de un marido violento que intentó asesinarle en El Salvador.
No obstante, a pesar de su petición de refugio, lleva un brazalete electrónico y enfrenta la deportación en cualquier momento en el que se reporte ante las autoridades de este centro de procesamiento migratorio.
Según un activista, la práctica de arrestar a inmigrantes in situ se ha convertido en algo cotidiano, pero también en una forma de aterrorizar a millones de familias.
Durante la administración del presidente Barack Obama las autoridades migratorias pusieron énfasis en expulsar a los indocumentados involucrados en actos criminales.
La medida recibió el aplauso de la sociedad, pero con la actual administración, la realidad es distinta.
Marcelo Sánchez, Miami.
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