Los intentos del presidente estadounidense, Donald Trump, de imponer una prohibición de visados a un conjunto de países de mayoría musulmana, ha provocado la cólera y un activismo inusual entre un grupo rico y altamente educado que generalmente evita la esfera política, los iraní-estadounidenses.
Es por ello que este martes podrían presentar sus testimonios en una corte de Washington contra la prohibición de Trump, según informa este lunes la revista Político.
Los líderes de grupos de activistas que luchan contra las restricciones de Trump planean aprovechar la oportunidad para detallar cómo estudiantes, investigadores, médicos y otros que vienen a Estados Unidos desde Irán podrían ser perjudicados por la polémica orden ejecutiva.
El testimonio, permitido por la jueza de la Corte del Distrito de EE.UU. Tanya Chutkan, supone un momento importante para el destino de una de las órdenes ejecutivas de Trump.
Una parte central de la reciente orden ejecutiva de Trump, cuyo objetivo era limitar la inmigración legal, fue la suspensión temporal de la emisión de visados estadounidenses a ciudadanos de Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen.
En los últimos dos años, los iraníes recibieron más de la mitad de las visas de Estados Unidos expedidas a los titulares de pasaportes de esos seis países, según cifras del Departamento de Estado.
No obstante, la prohibición de visados está en suspenso, por ahora, debido a las sentencias judiciales en Maryland y Hawái que encontraron que la orden ejecutiva de Trump —que también suspende las admisiones de refugiados— probablemente sea inconstitucional por prejuicios contra los musulmanes. Ambas decisiones están siendo apeladas.
Los críticos alegan que la prohibición de Trump a los viajeros iraníes no tiene nada que ver con preocupaciones sobre el terrorismo (como él alega), sino con la hostilidad de su Gobierno hacia Teherán y su afán de favorecer a sus aliados árabes, como Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU).
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