En declaraciones hechas este jueves en Facebook Live, Julian Assange, un cofundador de Wikileaks, ha indicado que cuenta con detalles técnicos de un programa de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense (CIA, por sus siglas en inglés) que le permite penetrar en ordenadores, teléfonos y televisiones inteligentes.
El director del portal ha prometido compartir esos detalles, que aún no ha publicado, con compañías como Apple y Google para que puedan desarrollar medidas contra esos “virus y troyanos”.
Es el mayor arsenal de virus y troyanos del mundo. Puede atacar la mayoría de los sistemas que utilizan periodistas, gente de los gobiernos y ciudadanos corrientes. No lo protegieron, lo perdieron, y luego trataron de ocultarlo”, ha lamentado Julian Assange, el director de Wikileaks.
El martes, el portal difundió detalles de un programa clandestino de ataques cibernéticos de la CIA, que formaba parte de una serie de siete entregas bautizada como Vault 7 ("Bóveda 7"), que ha sido definida como "la mayor publicación en la historia de documentos confidenciales sobre la agencia”.
Sobre la infiltración de ese software, Assange ha comentado que se trata de un “devastador acto de incompetencia” por parte de la inteligencia estadounidense.
RELEASE: Vault 7 Part 1 "Year Zero": Inside the CIA's global hacking force https://t.co/h5wzfrReyy pic.twitter.com/N2lxyHH9jp
— WikiLeaks (@wikileaks) March 7, 2017
Asimismo, ha asegurado que la CIA “ha perdido el control de todo su arsenal de armas cibernéticas”, que podrían estar en el mercado a negro a disposición de hackers de todo el mundo.
Y peor, añade el activista australiano, los agentes de la CIA han tratado en los últimos dos meses de ocultar la pérdida de material, negándose a avisar a los ciudadanos de que podrían ser espiados.
“Es el mayor arsenal de virus y troyanos del mundo. Puede atacar la mayoría de los sistemas que utilizan periodistas, gente de los Gobiernos y ciudadanos corrientes. No lo protegieron, lo perdieron y luego han tratado de ocultarlo”, ha lamentado.
Los programas de la CIA estaban originalmente almacenados en un sistema informático “aislado” (sin conexión a Internet), en un centro de ciberinteligencia en Virgina (EEUU), aunque también se utilizaban desde el consulado estadounidense en Fráncfort (Alemania).
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