A pesar de las costumbres fuera de lo común de Trump, su inexperiencia en el campo de la política, su extraña llegada al poder y su carácter impredecible, parece ser que el mandatario no deja de sorprender a la opinión pública.
Según recoge este jueves el diario español El País, el presidente, que no lee libros, no practica deporte y es conocido por su dieta insalubre, se levanta antes de las seis de la mañana, tal y como hacía cuando vivía en la Trump Tower de Nueva York.
Sin embargo, no es hasta las nueve de la mañana cuando comienza a trabajar. Hasta entonces, el presidente ve los programas matutinos de televisión en la residencia de la Casa Blanca, según indicó poco después de su investidura en una entrevista con el diario local The New York Times.
En la entrevista indicó además que antes de ponerse a trabajar también ojea los periódicos de referencia, como el recién mencionado o The Washington Post, al que ha criticado en repetidas ocasiones y cuyas noticias y editoriales suele calificar de deshonestos y falsos.
Después de este tiempo de entretenimiento, el presidente se traslada al ala oeste de la Casa Blanca, donde se encuentra el despacho oval, para mantener durante la jornada reuniones con asesores, empresarios de distintas industrias y otros miembros del Gobierno.
Sobre las seis o siete de la tarde, el presidente da por concluida la jornada laboral, vuelve a la residencia y se dedica a su agenda personal, es decir: ver la televisión y, en ocasiones, reaccionar mediante tuits a las noticias, relataba hace una semana un artículo de The Washington Post.
Es habitual que los presidentes necesiten un período de adaptación para instalarse en la Casa Blanca y más para alguien tan ajeno a la política. La revista Politico citaba el mes pasado a gente cercana a Trump que aseguraba que ser presidente está resultando más difícil de lo que el magnate pensó, y que este está cada vez más frustrado con los retos de dirigir la masiva burocracia estadounidense. Es por ello que además pasa largas jornadas jugando al golf y fines de semana fuera de Washington.
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