Después de la victoria del polémico Donald Trump, las reacciones desde América Latina no tardaron en llegar.
México está preocupado por las promesas electorales de Trump de construir un muro en sus fronteras así como eventuales reconsideraciones sobre tratados bilaterales de libre comercio.
El valor del peso mexicano cayó a un mínimo histórico. Así fue que el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, intentó calmar a su pueblo.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, cuyo país sufrió por las sanciones de la administración del presidente Barack Obama, emitió un comunicado felicitando a Trump. Se mostró optimista de trabajar con los Estados Unidos, para contribuir a un mundo de diálogo y entendimiento.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, también, felicitó a Trump y abogo por continuar lazos bilaterales.
La reacción desde Bolivia era diferente. El vicepresidente, Álvaro García Linera, calificó el inesperado triunfo de Trump en las elecciones como un tercer golpe a la globalización y una muestra de revolución pasiva.
Otro país latino preocupado por las retóricas de Trump es Cuba. El presidente electo, durante su campaña, criticó a Obama por reanudar lazos diplomáticos con la isla caribeña después de más de 5 décadas.
Las naciones latinas tienen que esperar el inicio de la presidencia de Trump para ver cómo cambiará la política exterior de Estados Unidos y cuáles de sus retóricas sobre América Latina se harán realidad.
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