Debemos darnos cuenta de que el liderazgo iraní rechaza reconocer el derecho a existir de Israel y que, de hecho, está empeñado a muerte en la aniquilación de Israel y en última instancia en la nuestra, manifiesta la republicana Palin.
“Debemos darnos cuenta de que el liderazgo iraní rechaza reconocer el derecho a existir de Israel y que, de hecho, está empeñado a muerte en la aniquilación de Israel y en última instancia en la nuestra”, escribió el sábado la antigua gobernadora del estado de Alaska, en el noroeste estadounidense (2006-2009).
En una semana en que el Congreso estadounidense debate el modo en que podrá revisar un eventual acuerdo entre Irán y el Grupo 5+1, la nota de Palin insiste con su habitual retórica maniquea en la defensa del régimen israelí como principal argumento para oponerse a un posible entendimiento.
“El Congreso no debe quedarse sentado, mirando cómo nuestro propio presidente coquetea con el demonio”, dice su breve escrito, que acompaña a un artículo de la periodista sionista radical Caroline Glick, israelí de origen estadounidense.

Palin estima en su nota que el diálogo con Teherán ha dañado las relaciones de Washington con el régimen de Tel Aviv, y reclama a los republicanos que reparen esos vínculos maltrechos.
“Nuestro presidente y los partidarios de su política extranjera antipaz no han actuado en beneficio de nuestro aliado, Israel, lo que ha dado como resultado unos intereses estadounidenses peligrosamente comprometidos”, se alarma la republicana.
Nuestro presidente y los partidarios de su política extranjera antipaz no han actuado en beneficio de nuestro aliado, Israel, lo que ha dado como resultado unos intereses estadounidenses peligrosamente comprometidos."
Irán y los Gobiernos del Grupo 5+1 (Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, China y Rusia, más Alemania) alcanzaron el pasado 2 de abril, en Suiza, un principio de acuerdo sobre el programa de energía nuclear persa, y se han dado de plazo el final de junio para concluir un acuerdo integral definitivo.

En caso de lograrse éste, se suprimirían todas las restricciones impuestas a la República Islámica en relación con su programa nuclear, estableciendo a la vez las condiciones de garantía del carácter pacífico de la industria atómica iraní.
Poco después del anuncio del principio de acuerdo, el presidente estadounidense, Barack Obama, lo elogió como un momento “histórico” en la diplomacia entre las dos naciones, la estadounidense y la iraní.
Entre los dirigente del régimen israelí, sin embargo, se ha calificado como un “error histórico que hará el mundo mucho más peligroso”.
Este mismo viernes, el senador estadounidense republicano Marco Rubio —aspirante a disputar la presidencia estadounidense y especialmente implicado en las redes sionistas— ha advertido de que el régimen israelí “no va a acatar ningún acuerdo que crea que los pone a ellos y su existencia en peligro”.
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