• Un comedor público para personas sin recursos en España.
Publicada: lunes, 17 de octubre de 2016 18:56

La salida de la crisis ha dejado en España una fractura más profunda que en otros miembros de la Unión Europea (UE).

Mientras el riesgo de pobreza en los Veintiocho volvió a niveles precrisis el año pasado, en España la tasa se mantiene en el 28,6 %, casi cinco puntos por encima respecto a 2008, lo que en cifras se traduce en que hay casi 2,5 millones de personas más al borde de la exclusión social, una categoría en la que Eurostat incluye aquellos hogares con ingresos inferiores al 60 % de la mediana del país —667 euros al mes para los que cuentan con un único adulto en el caso de España—.

Recuperación y crecimiento son términos omnipresentes en el vocabulario económico de los últimos tiempos. Suenan menos precariedad y pobreza, pero los últimos datos de Eurostat publicados este lunes muestran que ni el avance del PIB rima siempre con el fin de la desigualdad, ni su menor uso les exime de existir.

Las heridas de la Gran Recesión aparecen en España en forma de riesgo de pobreza, que desde el inicio de la crisis solo ha aumentado con mayor virulencia en dos países de la UE, Grecia y Chipre, los únicos que se han asomado al abismo del corralito financiero. En ambos han crecido un 7,6 % y un 5,6 % respectivamente, los ciudadanos en peligro de exclusión social frente al 4,8 % de España, según datos de Eurostat.

 

En el otro lado de la balanza, la agencia estadística europea indica que el número de españoles en riesgo de pobreza se ha reducido frente a 2014 en seis décimas. Pero pese a la mejora, Madrid está aún lejos de cumplir con los objetivos para 2020 que establece la UE: casi cuatro millones de personas deben aliviar su precaria situación económica para que los niveles de exclusión social bajen hasta los 9,4 millones de ciudadanos que ha fijado Bruselas para España.

Los países del Este, principales receptores de fondos comunitarios en los últimos años, han sido los que más han reducido los niveles de riesgo de pobreza desde 2008 encabezados por Polonia, Rumanía y Bulgaria, si bien estos dos últimos Estados son los que albergan más personas que viven en condiciones cercanas a la exclusión social. En el lado opuesto, la República Checa, Suecia, Finlandia y Holanda cuentan con el porcentaje más bajo de habitantes en situación de desamparo.

La salida de la crisis sigue un ritmo desigual entre los socios comunitarios.

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