Tras una ardua batalla de guerrillas, las primarias demócratas y republicanas dejan atrás cadáveres políticos, como el senador Marco Rubio, a la par que ídolos populistas como Bernie Sanders, el legislador de Vermont (noreste de EE.UU.), quien con su campaña ha obligado a su partido y a la propia Hillary Clinton a girar hacia una senda progresista hasta ahora no muy extendida entre los demócratas.
Sin embargo, la exsecretaria de Estado respiró aliviada la semana pasada cuando casi blindó su nominación. Una consagración que pasará a los libros de historia del país, pero que llega tintada por el bagaje del apellido y la experiencia de Clinton.
Aunque sus declaraciones son populistas, sus proyectos económicos son peligrosos e incoherentes", señaló la probable candidata democrata, Hillary Clinton.
Dicho esto, la lista de desatinos de Trump se ha convertido en un valioso arsenal para la nominada demócrata. Granadas de mano que la candidata planea sumar a su próximo ataque a los planes económicos del multimillonario.
"Aunque sus declaraciones son populistas, sus proyectos económicos son peligrosos e incoherentes", señaló Clinton la semana pasada durante una entrevista con el rotativo estadounidense Wall Street Journal.
Hasta la fecha, las declaraciones de Trump en materia económica se han quedado cortas en detalles. "Trump se presenta como un negociador pero en muchos casos sus posiciones buscan la confrontación en lugar de centrarse en programas de política económica que puedan implementarse en su totalidad", dice Lewis Alexander, economista de Nomura en Nueva York.
En estos momentos, la media de todas las encuestas realizadas en EE.UU. y recopiladas por RealClear Politics ofrecen una ajustada victoria de 3,8 puntos a Clinton frente a Trump.
De hecho, desde el pasado agosto hasta ahora, la brecha entre demócratas y republicanos se ha incrementado, dado que la economía de EEUU se mantiene relativamente estable.
En materia fiscal, Trump ha diseñado un ambicioso plan para rebajar los impuestos y ha sugerido un incremento del gasto en infraestructuras, veteranos y defensa. También incide en la necesidad de reducir el déficit y la deuda del país, sin embargo, los estudios realizados sobre sus políticas tributarias indican que estas incrementarían el déficit hasta los 10 billones de dólares durante la próxima década.
A su vez, la demócrata es considerada una defensora del capitalismo, pese a que Sanders la ha obligado a virar hacia la izquierda durante las primarias. Es por ello que protegerá a los pequeños inversores e intentará reforzar la financiación a las pymes. Sin embargo, la demócrata ha amenazado con castigar a las empresas y multinacionales que dañan la competitividad de EE.UU., así como las que evaden impuestos.
De momento, con una economía que creció un 1,4 % en el primer trimestre y donde la tasa de paro alcanzó en mayo un 4,7 %, la coyuntura depende de factores tanto domésticos como internacionales. Por un lado, la próxima subida de tipos también tendrá un impacto político, ya que se dejará notar en mercados financieros y en la actividad económica.
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