“La prolongación de esta crisis no beneficia a los países de la región”, ha subrayado Zarif en una reunión con su homólogo croata, Davor Ivo Stier, al margen del Foro de Oslo 2017.
La crisis a la que se ha referido Zarif empezó el pasado 5 de junio cuando Arabia Saudí, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Baréin, entre otros países, anunciaron la ruptura de relaciones diplomáticas con Catar con el pretexto del apoyo de Doha a los “terroristas” y de sus vínculos con la República Islámica de Irán.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Croacia ha mostrado su preocupación por la actual tensión, advirtiendo de que podría tener un efecto pernicioso también en la región de los Balcanes y causar la inestabilidad de dicha zona, y por ello aboga por solucionar el problema lo antes posible a través del diálogo.
La prolongación de esta crisis no beneficia a los países de la región”, recalca el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Mohamad Yavad Zarif, refiriéndose a la crisis diplomática entre algunos países del Golfo Pérsico.
Los jefes de la Diplomacia de Irán y Croacia también han hablado en Oslo, capital noruega, de los vínculos bilaterales a nivel económico, bancario y de inversiones, así como de la actual situación regional e internacional y las posibles vías para solventar la problemática mundial.
Zarif viajó el lunes a la capital noruega para participar en el Foro de Oslo 2017, y además de ofrecer un discurso en este evento, se ha reunido con los funcionarios de otros países, así como con académicos e investigadores estadounidenses y europeos.
También se ha entrevistado con el exsecretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Kofi Annan, con quien ha abordado la cuestión de Catar y la crisis en Siria. Annan ha advertido de que todos los países saldrán perdiendo en caso de que la situación del Oriente Medio empeore.
Por otra parte, la canciller de Kenia, Amine Mohamad, también ha expresado su profunda preocupación —durante su encuentro con Zarif— por la crisis diplomática entre ciertos países del Golfo Pérsico y por la situación de miles de kenianos que residen en Arabia Saudí y Catar.
Las autoridades cataríes, amén de rechazar las acusaciones, han manifestado que su país no será el único que salga perdiendo en esta crisis.
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