La fiesta empezó con la mítica "Aquele Abraço" de Gilberto Gil y la presentación del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), el alemán Thomas Bach, entre aplausos.
En principio, el presidente interino de Brasil, Michel Temer, debía también ser parte de este histórico momento, pero el himno del país, interpretado por Paulinho da Viola, cambió los planes.

Brasil espera que esta gran fiesta del deporte permita hacer olvidar por unas horas la crisis política y económica que azota el país.
Con la mitad de los brasileños en contra de los JJOO, según una encuesta de Datafolha, apenas 37 representantes de Gobiernos extranjeros, entre ellos el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y los presidentes francés y argentino, François Hollande y Mauricio Macri, respectivamente, estuvieron presentes en la apertura.
La ceremonia tiñó rápidamente el Maracaná de verde con continuas consignas ecologistas y de protección del medioambiente. "¡Terrícolas, reforestemos, salvemos el planeta!", coreaban los activistas en su mensaje olímpico.
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