Hace un año, Gustavo Petro, fue elegido como presidente de Colombia por más de once millones de colombianos para liderar el nuevo rumbo del único país de Latinoamérica que no había tenido en más de 200 años un presidente progresista o de izquierda. Donde más logros consiguió Petro ha sido en su gran bandera: la paz total. Se registró un descenso de 3,6% de los homicidios y llegó al mayor cese el fuego bilateral pactado con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional.
En este último año la economía del país empezó a recuperarse. La inflación lleva tres meses bajando y en el primer semestre de 2023 se registró la mayor tasa de inversión extranjera en nueve años. Según las cifras del gobierno, en este periodo se creó un millón treinta mil empleos, y la brecha disminuyó entre hombres y mujeres al mínimo en una década: es decir 3,9 puntos. Asimismo un presupuesto histórico para educación, que supera los 57 billones de pesos.
Un tercer logro de Petro tiene que ver con el medio ambiente, tema clave para el segundo país más biodiverso del mundo. Durante el último año la deforestación se redujo 29% y el gobierno logró el compromiso de involucrar a 134 empresas en una transición hacia las energías limpias. Asimismo, el Congreso aprobó por iniciativa oficialista la entrada de Colombia al Acuerdo de Escazú, un tratado internacional para la protección del medio ambiente.
Sin embargo, un año después el gobierno progresista avanza en medio de escándalos de corrupción y el más recientemente por su propio hijo, Nicolás. Aunque para el presidente el caso ha sido terrible y muy lamentable, ha prometido llegar ante la justicia y respetar las decisiones de los funcionarios judiciales.
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