El coronel Haidiber Restrepo, comandante de la Policía del departamento de Nariño (suroeste), afirmó el martes la existencia de enfrentamientos entre un Gao residual del frente 29 de las ex Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y miembros de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) en la zona, aparentemente, para conseguir el “control territorial”.
El conflicto, al parecer, ha dejado al menos 13 muertos, según el alto mando castrense colombiano, basándose en la información preliminar. Restrepo recalcó que la información aún permanece sin confirmar, por lo que requiere abrir una investigación.
El coronel colombiano añadió que para determinar lo sucedido, una comisión de la Policía se trasladaba al lugar del conflicto, es decir al río Patía, después de que el Ayuntamiento de Magüí Payán denunciara los actos violentos que se registran en la zona.
“En este momento se están desplazando al sitio unidades militares para confirmar o desvirtuar estos hechos, por lo tanto no es posible hablar de muertos y heridos hasta que se confirme la situación real en el sitio”, matizó el Ejército Nacional colombiano en un comunicado.
En este momento se están desplazando al sitio unidades militares para confirmar o desvirtuar estos hechos (enfrentamientos entre los ex milicianos de las FARC y miembros de la ELN), por lo tanto no es posible hablar de muertos y heridos hasta que se confirme la situación real en el sitio”, matiza el Ejército Nacional colombiano en un comunicado.
Jhon Jairo Rodríguez, secretario de gobierno de Magüi Payán, explicó al diario local El Espectador que el conflicto se produjo en un lugar remoto de Nariño al cual sólo se puede llegar tras navegar por el río Patía, razón por la cual las autoridades aún no llegan para corroborar la información de la masacre.
En la zona en la que se registraron los hechos habitan unas 80 personas, distribuidas en 25 viviendas y, según el funcionario, hasta el momento los propios residentes del lugar se han encargado de recuperar cuatro cuerpos que habían sido arrojados al río Patía.
Este incidente tiene lugar cuando la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), que resurge de la desaparición de la antigua guerrilla FARC, se prepara para presentarse a las presidenciales de 2018.
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