El júbilo de los activistas que por casi 4 años han acompañado el proceso de paz es innegable. Ellos creen que con esta decisión solo ganará el pueblo colombiano porque por fin se silenciarán definitivamente los fusiles de las FARC.
Con este acuerdo y con la dejación total de las armas, las FARC se convertirían en grupo político del que podrán aspirar a partir del año 2018 a puestos públicos como cualquier partido del país.
Los argumentos con que torpedeaba la oposición los diálogos de paz han quedado desvirtuados, entre estos estaban que se le regalarían curules a dedo en el Congreso o que no iban a ser juzgados por delitos de lesa humanidad.
Las organizaciones sociales y políticas que apoyan este proceso han anunciado que realizarán en los próximos días manifestaciones y marchas para festejar este acuerdo.
Álvaro Altamiranda, Bogotá.
akm/msf
