El estudio muestra que lo que se creía que eran dos pequeñas islas que apenas asoman por encima de las olas son, en realidad, las cimas de un gran volcán de 150 000 kilómetros cúbicos de roca. El Mauna Loa, considerado hasta ahora el mayor volcán del mundo, tiene 83 000 kilómetros cúbicos.
Los científicos descubrieron que solo un tercio del volumen total del Pūhāhonu se halla expuesto, mientras que el resto está enterrado bajo una acumulación de escombros, coral roto y distinto material que se ha ido erosionando desde el pico. El estudio señala que el volcán es tan pesado que la corteza terrestre cercana y el mismo volcán se han hundido cientos de metros a lo largo de millones de años.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores inspeccionaron el fondo del océano a lo largo de la cadena de volcanes de Sotavento de Hawái (en su mayoría submarinos) y analizaron la composición química de las rocas, elaborando varios modelos con los datos obtenidos.
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