Los innovadores de los robots humanoides llamados Kenshiro y Kengoro publicaron el miércoles un artículo en Science Robotics en el que explican detalladamente su funcionamiento. El objetivo de estos robots es parecerse lo máximo posible a los seres humanos.
La finalidad de los robots humanoides es imitar, con la mayor precisión posible, todo aquello que los seres humanos pueden hacer. Para lograrlos, los investigadores japoneses tratan de dotar a este tipo de robots de las piezas articulatorias necesarias para que puedan emular el movimiento humano.
De este modo, Kengoro, como el más avanzado de los dos robots es capaz, de hacer flexiones, abdominales, flexionar la espalda e incluso golpear un volante de bádminton.
Sus diseñadores también han conseguido que el robot en cuestión, mediante una imitación del sistema muscular, sude. No obstante, la máquina humana posee algunas aberturas para que el vapor pueda salir de la estructura metálica sin que ésta se sobrecaliente.
Lo que los científicos buscan realizar a continuación es seguir perfeccionando los robots humanoides para obtener el resultado más perfecto posible, es decir, robots que puedan moverse como lo hace cualquier persona.
Los investigadores aseguran que este tipo de robots podrán ofrecernos pruebas de enorme utilidad para entender cómo reacciona el cuerpo humano en ciertas situaciones, por ejemplo, en los accidentes de coche.
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