El gigante tecnológico surcoreano Samsung había recibido varias denuncias de que algunos dispositivos de su móvil modelo Galaxy Note 7 se quemaban al cargarse. Esta situación ha llevado a la empresa a detener las ventas y llamar a revisión los más de 2 millones y medio de terminales ya vendidos.
El imprevisto ya le ha costado 7.000 millones en su capitalización de mercado. Además, ha creado indignación en muchos surcoreanos, no solo por el fallo del dispositivo, sino porque consideran que esta situación malogra la reputación del país.
La llamada a revisión masiva, un caso sin precedentes desde que Samsung comenzó a comercializar dispositivos inteligentes en 2010, podría asestar un duro golpe a la empresa surcoreana, que había recuperado fuerza en el mercado recientemente, tras perder la partida de la gama alta los pasados años a favor de Apple.
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