El protoindoeuropeo (pIE) es una lengua madre que habría dado origen a cientos de idiomas, como los románicos, germánicos, bálticos, eslavos e indoiraníes.
Su utilización se remonta al período comprendido entre el año 6000 al 3500 a.C. por los habitantes del norte del mar Caspio, en los territorios de lo que hoy son Rusia, Ucrania y Kazajistán.
No existen evidencias escritas, por lo que los científicos desde hace varios siglos se han propuesto la tarea de reconstruirlo a partir de sus lenguas hijas.
Hasta ahora nadie había podido saber cómo sonaba esta lengua. Sin embargo, científicos de las universidades británicas de Oxford y Cambridge aplicaron una metodología de procesamiento estadístico acústico-fonético, denominado 'estadística de formas', con lo que han podido recuperar los sonidos de algunas palabras tal y como sonaban hace 8000 años.
De esta manera, los científicos lograron reproducir el origen de algunos vocablos de la actualidad, como el número uno en inglés ('one'), que proviene de la palabra 'oinos' de la lengua pIE, así como reconstruir algunas palabras de lenguas románicas modernas hasta su origen en latín.
Los investigadores aseguran que es posible extrapolar los idiomas hacia el futuro, aunque señalan que difícilmente habrá cambios considerables en las lenguas habladas durante los próximos siglos.
La técnica de la 'estadística de formas' no solo permite recuperar lenguas perdidas, sino que es utilizada en varias ramas científicas como la medicina, para el modelaje del comportamiento de las neuronas o el análisis específico de un tumor.
krd/anz/msf
