Mediante el empleo de una técnica innovadora que hasta ahora había suscitado cierto escepticismo, un equipo de astrónomos ha arrojado luz sobre un período de la evolución del universo que se suponía imposible de observar con la tecnología actual.
Los expertos emplearon el telescopio espacial Hubble y hallaron una señal de longitud de onda de una galaxia extremadamente brillante a 13.400 millones de años luz, según un estudio publicado el jueves por Astrophysical Journal. El margen de error es de hasta 5 millones de años luz, más o menos.
La galaxia es una incubadora de estrellas diez veces más activa que nuestra Vía Láctea”, afirmó Gabriel Brammer coautor del estudio.
“La galaxia es una incubadora de estrellas diez veces más activa que nuestra Vía Láctea”, afirma Gabriel Brammer, coautor del estudio y astrónomo del Instituto Científico del Hubble.
Este descubrimiento supera los récords de tiempo y espacio y puede ser el límite de alcance de toda observación durante años, ha señalado el equipo de astrónomos. Con esa señal de luz, han podido producir una fotografía semiborrosa de dicha galaxia, nombrada GN-z11.
Parece oscura y sin forma, aunque despide una luz azul brillante que ha viajado tanto tiempo a través de tal distancia que ha variado hacia el extremo del espectro solar a rojo oscuro.
Los astrónomos miden la distancia de los objetos calculando la tasa de variación de la luz de azul a rojo del espectro electromagnético, que los astrónomos llaman desplazamiento al rojo o redshift. La galaxia descubierta tiene un desplazamiento al rojo de 11,1. La más lejana detectada antes era de 8,68, a unos 580 millones de años de la explosión primordial.
El nuevo descubrimiento supera todos los esfuerzos de grupos competidores de astrónomos que buscaban un redshift de 9, ha dicho el autor central del estudio, Pascal Oesch, de Yale.
tmv/mla/rba