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Publicada: jueves, 10 de mayo de 2012 18:26
Actualizada: jueves, 10 de diciembre de 2015 19:46

Las investigaciones de la Fuerza Aérea estadounidense al intentar revelar la causa de un problema en el sistema de suministro de Oxígeno en aviones caza tipo F-22, mejor conocido como el “raptor”, conllevaron a examinar un misterioso síntoma de toseo entre los pilotos de la aeronave, bautizado “toseos del Raptor”, informó el miércoles el diario estadounidense ABCNews. Pese a que los pilotos de aviones de caza han presentado desde hace décadas episodios de toseos temporales tras efectuar maniobras extremas, debido a una condición comúnmente conocido como atelectasis de aceleración, el teniente coronel Tadd Sholtis, un portavoz de la Fuerza Aérea afirmó que el síntoma se presenta con mayor frecuencia entre pilotos de F-22. Mientras que de acuerdo a la opinión dominante en la Fuerza Aérea, una prevalencia mayor entre los pilotos del F-22 de dicho síntoma se debe a las velocidades y alturas superiores del avión, Sholtis reveló en una entrevista con ABCNews, que la Fuerza Aérea actualmente examina la posibilidad de una fuga de toxinas en el sistema de Oxígeno de la aeronave, como principal causa del malestar. La Fuerza Aérea estadounidense asimismo sospecha que dicha fuga sea responsable además de unos síntomas semejantes a la condición de hipoxia, la falta de suministro de Oxígeno al cerebro, presentadas en más de dos docenas de casos desde 2008. La hipoxia es un estado que se caracteriza por falta de coordinación, vértigo, desorientación y pérdida eventual de la conciencia, lo que resulta ser altamente peligroso durante los vuelos. El F-22 ha sido diseñado de modo que suministra el aire al piloto mediante la succión del Oxígeno desde el sistema de combustión del motor de la aeronave, lo que hace que se filtre cualquier químico nocivo durante el proceso. Desde la suspensión del uso de estos aviones, efectuada el año pasado, durante más de cuatro meses para identificar las causas del problema, se han registrado al menos cinco casos de estos síntomas semejantes a la hipoxia entre miembros del equipo de mantenimiento que llevaban a cabo exámenes sobre el motor del avión, agregó Sholtis. En noviembre de 2010 un avión de este modelo que realizaba una misión de rutina de entrenamiento sobre Alaska, sufrió un problema técnico que cortó el suministro de oxígeno, el piloto no hizo ninguna llamada de emergencia y decidió descender la nave, minutos más tarde el avión chocó contra la tierra a una velocidad supersónica. ah/kt/rg