Según la más reciente encuesta de Datafolha, divulgada el sábado, a pesar de que el exmandatario (2003-2010) es el candidato mejor posicionado en los diferentes escenarios electorales, su ventaja desaparece cuando tiene que enfrentar a cualquiera de sus posibles rivales en la segunda vuelta.
Pues, en una eventual primera vuelta, Lula aparecería con entre el 22 y el 24 por ciento de los votos superando a la exsenadora y su antigua ministra Marina Silva, quién obtendría el 17 por ciento del apoyo, mientras Aécio Neves, candidato del conservador Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) lograría el 14 por ciento. Vale recordar que ambos fueron derrotados por la correligionaria y heredera política de Lula, la apartada presidenta Dilma Rousseff, en las presidenciales de 2014.
Después de aparecer en anteriores sondeos empatado con Marina Silva, Lula aparece ahora aventajando a su potencial adversaria al enfrentar a cualquiera de los candidatos del PSDB, ya sea José Serra, actual canciller del presidente interino Michel Temer, Neves o Geraldo Alckmin.
Por el contrario, estos tres últimos aparecen manteniendo sus niveles anteriores o reduciendo las preferencias de los consultados, y en todos los casos Marina Silva aparece segunda detrás de Lula.
Sin embargo, en una eventual disputa directa en la segunda vuelta, Lula sería derrotado por cualquiera de sus adversarios, ya que quedaría con el 32 por ciento de los votos, muy por debajo del 44 por ciento de Silva, así como también sería derrotado por Neves, quien obtendría el 38 por ciento frente al 36 por ciento suyo, y por Serra con el 40 por ciento frente a su 35 por ciento.
Y si la carrera en la segunda vuelta llega a ser con el gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, a quien el propio Lula derrotó en las presidenciales de 2006, la situación se invertiría y el dirigente del PSDB recibiría el 38 por ciento de los votos y el expresidente el 36.
El exdignatario dejó el cargo como uno de los presidentes más populares de Brasil, aunque su imagen se viene deteriorando por los escándalos de corrupción que salpican al Partido de los Trabajadores (PT). Lula incluso llegó a ser conducido a la fuerza a una comisaría para prestar declaración.
aaf/ctl/msf