Desde el palacio de Planalto, la mandataria de Brasil, Dilma Roussef, ha firmado el acta de la toma de posesión de los nuevos ministros de su gabinete, encabezado por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, y ha asegurado que cuenta con la experiencia de Lula en llevar las riendas de un país, por su capacidad incomparable de entender a las personas y trabajar en beneficio de la ciudadanía.
"Su presencia aquí nos prueba que usted tiene la grandeza de los estadísticos y la bondad de los verdaderos líderes. Y nos prueba que no existen los obstáculos en nuestra disposición de trabajar por Brasil", ha dicho la mandataria.
Su presencia aquí nos prueba que usted tiene la grandeza de los estadísticos y la bondad de los verdaderos líderes. Y nos prueba que no existen los obstáculos en nuestra disposición de trabajar por Brasil", ha dicho la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, durante la juramentación del nuevo gabinete ministerial en el palacio de Planalto.
Asimismo, ha señalado que se siente orgullosa de haber trabajado como ministra de la Casa Civil del Gobierno de Da Silva y ha celebrado que nuevamente van a trabajar juntos por el beneficio de los brasileños. "Por los brasileños nosotros estamos juntos otra vez", ha dicho.
A la ceremonia han asistido decenas de parlamentarios de la base oficialista que recibieron a Lula y a Rousseff al grito de “no habrá golpe”, en alusión al trámite con miras a un posible juicio político contra la mandataria, que será retomado hoy en la Cámara de Diputados. También estaban presentes legisladores de la oposición, algunos de los cuales gritaban “vergüenza” y se enzarzaron en un breve duelo de coros con el oficialismo.
Desde el pasado martes, la mandataria Dilma Rousseff y Da Silva sostuvieron prolongadas reuniones para debatir sobre la propuesta, condiciones y proyecciones a partir de este cambio.
El nombramiento de Lula como ministro de la Presidencia, el cargo más influyente del Gobierno, ha generado un terremoto político por los problemas que el exmandatario enfrenta en la Justicia, que se agravaron con la difusión de unas polémicas grabaciones que sugieren que la mandataria intentó influir a su favor.
El líder reemplazará a Jaques Wagner, quien asumirá una secretaría ejecutiva y tomará las riendas de la estrategia política del Gobierno. Es la primera vez que un expresidente brasileño asume cargo como ministro de uno de sus sucesores.
A pesar de que muchos detractores de Lula han asegurado que este nombramiento no es más que un intento de obstaculizar el devenir de la justicia en el caso Petrobras, el exmandatario seguirá sometido al proceso de investigación. La causa pasará a manos de la Corte Suprema, mientras que el Tribunal Federal se encargará de procesar cualquier tipo de juicio en caso de que la justicia lo amerite.
La seguridad en el Palacio de Planalto ha sido reforzada con decenas de policías y el tránsito de vehículos fue restringido en torno a la Plaza de los Tres Poderes, donde también se sitúan las sedes del Congreso y de la Corte Suprema.
En esa plaza se concentraron manifestantes tanto a favor como en contra del Gobierno, que llegaron a enfrascarse en incidentes que no llegaron a mayores. Los grupos favorables al Gobierno eran más numerosos y, según cálculos de la Policía Militar, sumaban unas 300 personas, en tanto que los opositores no llegaban al centenar, al menos al inicio de las concentraciones.
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