"Hablar libremente no es delito; el hecho de que Ibrahim Sharif vaya a ser juzgado por pronunciar un discurso en el que pidió reformas es absurdo. Es evidente que las autoridades de Baréin lo están castigando simplemente por ejercer de forma pacífica su derecho a la libertad de expresión", aseguró Said Boumedouha, director en funciones del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de AI.
Hablar libremente no es delito; el hecho de que Ibrahim Sharif vaya a ser juzgado por pronunciar un discurso en el que pidió reformas es absurdo. Es evidente que las autoridades de Baréin lo están castigando simplemente por ejercer de forma pacífica su derecho a la libertad de expresión", aseguró Said Boumedouha.
Afirmó también que el caso de Sharif muestra el intento del régimen de Manama por silenciar el más ligero indicio de disidencia política. "Se deben retirar todos los cargos presentados en su contra", exigió el funcionario de AI.
En su discurso del 10 de julio, Sharif habló de la necesidad de cambios en Baréin, enfatizó el compromiso de la oposición y abogó por las vías políticas para realizar reformas económicas clave. Tras ello, fue acusado formalmente de incitación al odio y de incitación a derrocar el régimen Al Jalifa por la fuerza y medios ilegales.
“Afirmar que las peticiones de reformas políticas y económicas pacíficas de Sharif equivalen a incitación al odio o incitación a derrocar el régimen es ridículo. No se debe permitir que continúen los juicios basados en este tipo de cargos falsos”, denunció Boumedouha.
Ibrahim Sharif, ex secretario general de Sociedad de Acción Democrática Nacional (Waad), partido político opositor secular, fue detenido en julio de 2015 tras pronunciar un discurso en un acto público celebrado para conmemorar la muerte de Hussam al-Haddad, joven de 16 años que murió por disparos de la policía antidisturbios en 2012.
Cuatro años después del levantamiento, las libertades fundamentales han sido reducidas cada vez más por las autoridades de Al Jalifa que restringen las actividades de las asociaciones políticas y sofocan el derecho de la libertad de expresión.
Ante tales restricciones, Amnistía Internacional (AI) ha urgido a las autoridades de Baréin a respetar los derechos civiles de los opositores.
El pasado 24 de julio, los bareiníes tomaron una vez más las calles de Manama (capital) para expresar su profundo repudio por la detención del líder opositor chií, el Seij Ali Salman.
El pasado 11 del mismo mes, las fuerzas bareiníes atacaron protestas en conmemoración a dos manifestantes que perdieron la vida durante las marchas contra el régimen de Al Jalifa.
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