Protestas que exigen justicia, pero se topan con más represión y violencia por parte del régimen de Al Jalifa. Mas represión en Baréin, a medida que continúan las protestas antigubernamentales.
Los manifestantes desafiaron la brutalidad policial y salieron una vez más a las calles para pedir justicia, por la muerte de cinco activistas a manos de las fuerzas de seguridad el martes pasado.
La nueva ola de protestas comenzó el domingo pasado, tras la sentencia de un año de prisión contra el prominente clérigo chií, sheij Isa Qasem, a quien ya le había sido revocada la nacionalidad en junio de 2016. Mientras las protestas se extendían, la represión no se quedaba atrás.
Dos días después, las fuerzas de Al Jalifa irrumpieron en la residencia del alto clérigo. Mataron a cinco activistas que se habían congregado allí, y detuvieron a otros 300.
La monarquía bareiní reprime las protestas antigubernamentales a diario, desde que comenzaron en 2011. Ha matado a decenas de manifestantes.
Ha arrestado a numerosos activistas opositores, y ha ejecutado a varias personas, simplemente por participar en las protestas.
Comportamiento condenado, constantemente, por organizaciones pro derechos humanos y la comunidad internacional, salvo algunos.
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