Yusef Rabi, abogado del religioso, informó que su caso fue remitido inmediatamente al fiscal general del país árabe, al denunciar que las fuerzas le negaron la asistencia a la sesión de audiencia de su cliente.
La detención de Musavi y otros dos clérigos provocó el firme rechazo de los ulemas de Baréin, quienes a través de un comunicado arremetieron contra el régimen de Manama por el aumento de las medidas represivas.
Estos días, las autoridades de seguridad de este régimen siguen el intensivo plan de la convocación y detención de los ulemas religiosos chiíes y también los jóvenes bareiníes”, insiste el comunicado de los ulemas bareiníes.
La mencionada nota asegura que estas decisiones del régimen de Al Jalifa, familia que rige Baréin, no solo traerán consecuencias sino también harán que las autoridades bareiníes pierdan su prestigio tanto a nivel nacional como internacional.
“Estos días, las autoridades de seguridad de este régimen siguen el intensivo plan de la convocación y detención de los ulemas religiosos chiíes y también los jóvenes bareiníes”, se lee en la misiva.
En su opinión, tales medidas buscan socavar la voluntad de los bareiníes que realizaron una sentada frente a la casa del ayatolá sheij Isa Ahmad Qasem en protesta por su detención y la revocación de su ciudadanía bareiní.
Recientemente, el régimen de Al Jalifa ha incrementado la nueva ola de represiones contra los ulemas y los activistas de los derechos civiles y humanos, así como cualquier ciudadano que pide reformas en el pequeño país del Golfo Pérsico.
La tensa situación que se vive en Baréin desde el 2011 se ha empeorado en los últimos días debido a la decisión del régimen de Manama de disolver a Al-Wefaq, el principal partido opositor del país.
La represión también continúa y, en especial, se ha intensificado contra los periodistas: En 2016, Baréin se ha colocado en el 162º lugar entre los 180 países en materia de libertad de prensa, según la última clasificación de Reporteros Sin Fronteras (RSF).
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