El comandante de dicho batallón fue destituido del cargo por considerarle incapaz de cumplir tal función, informó el martes el diario israelí Jerusalem Post (JP).
Tal como indicó el rotativo, los soldados habían asegurado que no dejaron sus armas desatendidas, sino bajo la supervisión de otros.
Según la fuente, los soldados aseguraron que “la gota que colmó el vaso” fue el despido del comandante, a quien veían como a “un padre”.
“Estamos cansados de guardar silencio. Durante mucho tiempo, los batallones responsables de nosotros nos han faltado el respeto”, dijeron.
Uno de los soldados expresó su inconformidad con el ejército del régimen ocupante al canal israelí Walla News. “Siempre nos hemos sentido menos que los demás. Siempre tuvimos la sensación de ser de segunda clase”.
Por su parte, un portavoz del ejército israelí aseguró que no se trataba de un incidente grave y que estaba siendo investigado.
Jerusalem Post afirmó que los soldados habían sido convocados a una “conversación disciplinaria”.
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