El ex general de brigada del Ejército egipcio Nabil Fuad, en una entrevista publicada el lunes por la agencia oficial rusa Sputnik, tras referirse al último ataque de las fuerzas yemeníes a Arabia Saudí con un misil balístico, advirtió de que este país podría verse abocado a una guerra de desgaste en Yemen.
“El lanzamiento de un misil balístico es un intento de demostrar poder, crear una amenaza para las instalaciones vitales en Arabia Saudí. En Yemen continúa la guerra de guerrillas. Por lo tanto, me temo que se trate de una guerra de desgaste contra Arabia Saudí”, opinó el experto militar.
El movimiento popular yemení Ansarolá anunció el sábado haber disparado un misil balístico de corto alcance Volcán-2, de fabricación propia, contra Arabia Saudí y aseguró que el proyectil “había impactado con precisión” contra el objetivo marcado, es decir, el aeropuerto internacional Rey Jalid de Riad, capital del reino árabe, aunque las autoridades saudíes afirmaron que interceptaron el proyectil.
El lanzamiento de un misil balístico es un intento de demostrar poder, crear una amenaza para las instalaciones vitales en Arabia Saudí. En Yemen continúa la guerra de guerrillas. Por lo tanto, me temo que se trate de una guerra de desgaste contra Arabia Saudí”, opinó el ex general de brigada del Ejército egipcio Nabil Fuad.
Nabil Fuad comentó, asimismo, que, desde el comienzo de la guerra saudí contra Yemen en marzo de de 2015, Ansarolá y el Ejército yemení han lanzado gran número de misiles, “más de los que había en sus almacenes”.
Las fuerzas yemeníes, cuyos ataques son una respuesta a los incesantes bombardeos saudíes contra sus ciudades e infraestructura civil, anunciaron hace tiempo que ya son capaces de fabricar misiles de medio alcance.
El mismo lunes, Ansarolá presentó un nuevo misil antibuque de fabricación propia, “Al-Mandab 1”, capaz de alcanzar a los buques de guerra enemigos que atacan Yemen desde el mar Rojo.
Este misil se da a conocer un día después de que el régimen saudí y sus aliados estrecharan el cerco contra el país más pobre del mundo árabe, al impedir el acceso a las terminales marítimas, aéreas y terrestres de Yemen, incluso de los vuelos con ayuda humanitaria de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El ingente gasto de su ilegal e inmoral intervención militar en Yemen ha obligado al régimen de los Al Saud a recortar los gastos públicos y a vender miles de millones de sus acciones europeas.
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