Según informó el lunes la cadena de televisión Nabaa, Coogle resaltó las políticas represivas de Al Saud y exigió a los países occidentales, muchos de los cuales consideran a Riad como su aliado, a no quedarse callados y condenar la situación de los derechos humanos en Arabia Saudí.
También recordó que la situación se volvió aun peor tras el despertar islámico y ya casi no queda ningún activista político y social que no haya sido ejecutado, exiliado o detenido en las cárceles saudíes, mientras que las pocas voces de oposición que quedan temen a expresarse por las duras represalias que tendrían.

Igualmente señaló al sistema judicial de Arabia Saudí y confirmó que en muchas ocasiones las autoridades saudíes condenan a prisión a activistas bajo cargos que no están tipificados como castigos en las mismas leyes de este reino árabe.
A su vez arremetió contra países que exportan armas y equipos militares a Arabia Saudí y recordó que dichos armamentos, en su gran mayoría, son usados para reprimir a las minorías, los activistas, las mujeres y todo aquel que tenga una opinión diferente al régimen de Al Saud.
Coogle urgió a estos países a presionar a Riad para que rectifique sus políticas y aseguró que presiones económicas y políticas funcionarían sobre Arabia Saudí dado que dicho país depende en gran parte de sus contratos y negocios con sus socios occidentales.
Las organizaciones internacionales de derechos humanos han condenado durante mucho tiempo a Arabia Saudí por sus políticas represivas hacia la disidencia política. Amnistía Internacional (AI) ha criticado a Riad en repetidas ocasiones por su cada vez mayor número de decapitaciones este año.
Aun así Arabia Saudí, con el apoyo del Reino Unido, fue elegido el 17 de septiembre para dirigir un panel del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas (CDHNU), decisión considerada “escandalosa” por parte de la organización no gubernamental Observatorio de la ONU (UN Watch).
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